jueves, 16 de enero de 2014

El aburrimiento.

El aburrimiento es como la jodida nube que me ha perseguido toda la vida. Unos días más que otros, pero  va siempre detrás de mí. Para mi es casi inevitable, siempre estoy aburrido, y cuando no lo estoy, probablemente este a punto de estarlo. No es algo que yo quiera. Está en mi genética. Es más, desde que era un niño sufro de aburrimiento crónico.



Incluso desde que era un bebé. Yo no lloraba porque mi mamá me diera Gerber de zanahoria con acelgas, ni tampoco porque no me dieran pecho cuando a mi se me daba la pinche gana. Yo nada más estaba aburrido.

Yo estaba aburrido y nadie entendía lo que quería decirles.

Y no sólo es el aburrimiento. La flojera también, pero la flojera es peor. ¿No, saben que es peor? cuando el aburrimiento y la flojera se unen para atacar en tu contra, porque puedes estar aburrido, pero aún así tener ganas de hacer algo para salir de ese agujero de la perdición. Pero una vez que la flojera se asoma y desea unirse a la fiesta todo se va a la mierda.

Entonces se vuelve una jodida paradoja:

Estas aburrido y te das cuenta de que estas perdiendo el tiempo haciendo nada, así que te dispones  hacer algo. Pero entonces como tienes flojera decides no hacer una puta mierda. Después no haces nada, y de pronto estas aburrido otra vez pensando en volver a intentarlo. Se vuelve un puto ciclo. Y al final terminas en el mismo punto: Aburrido y con flojera. Que mamada.

¿Cómo salir del ciclo?

Paso numero 1:

Duérmete.

No importa cuanto lo intentes, wey. Al final siempre acabarás dormido.





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